sábado, 30 de agosto de 2008

EDGAR ALAN POE


El corazon revelador

El viejo lanzo un grito, solo uno. En un instante, lo tire al suelo y le eche encima la pesada cama. Sonrei alegremente al ver al fin completada mi obra. Pero durante algunos minutos su corazon siguio latiendo con un sonido ahogado. No podia oirse a traves de las paredes.Por fin ceso. El viejo estaba muerto. Levante la cama y examine el cadaver. Si, estaba muerto. Puse mi mano sobre su corazon y la mantuve asi por unos minutos. No latia. Estaba bien muerto. Su ojo ya no volveria a atormentarme.
Si seguis creyendo que estoy loco, dejareis de hacerlo en cuanto os cuente las sabias precauciones que tome para esconder el cadaver. Avanzaba la noche y trabaje con rapidez, pero en silencio. Para empezar, despedace el cadaver. Le corte la cabeza, los brazos y las piernas.
Luego, arranque tres tablas del piso y escondi todo bajo el entarimado. Volvi a colocar las tablas con tanta habilidada, con tanta destreza, que ningun ojo humano -ni siquiera el suyo- hubiera sido capaz de percibir nada anormas. Nada habia que lavar, ninguna mancha, ningun rastro de sangre ni nada de nada. En esto puse el mayor cuidado. Un cubo fue suficiente. ¡Ja, ja, ja!......

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